NUESTRA MIRADA

N uestra mirada

Nuestra mirada de la infancia parte de la base teórica de la ecología de los sistemas humanos. Un enfoque ecosistémico que nos ayuda a comprender e intervenir en la realidad individual de las niñas y los niños, desde una concepción biopsicosocial de salud. En éste sentido partimos de un concepto esencial desde el cual comprendemos el desarrollo madurativo del ser humano que es la capacidad innata de autorregulación (Concepto que parte de las investigaciones en primera infancia y desarrollo teórico de Wilhelm Reich y Alexander Neill). Según la cual, el ser humano, desde el inicio de la vida, posee una capacidad innata de saber que necesita para satisfacer sus necesidades, recobrar su equilibrio y desarrollarse saludablemente. Culturalmente los adultos no creemos ni confiamos en la sabiduría innata de nuestros bebés o niños y desde nuestros miedos, frustraciones y por la propia perdida de contacto en nuestra capacidad de “autorregulación”, vamos alejando al niño de esa capacidad y le obligamos a adaptarse a lo que nosotros consideramos desde parámetros externos, culturales, aprendidos, que es lo mejor para el niño, por ejemplo, que tome teta cada tantos minutos, que se comporte de tal manera, que logre estarse quieto, que no nos contradiga, etc.
Esta mirada se suma al cuestionamiento que como sociedad estamos haciendo a la violencia, en todos sus ámbitos, de género, laboral, institucional y en éste caso a la violencia que se ejerce bajo una “naturalización cultural”, (Una palmada bien dada no le hace nada), cuando hoy sabemos que muchos de los trastornos en el desarrollo se producen justamente por éste factor.
Las investigaciones actuales sobre la crianza, y los valiosos aportes de autores como A.Montagu, R.Spitz, J.Bowlby, M.Mead, X.Serrrano y M.Sanchez Pinuaga, entre muchos, cada vez establecen más evidencias científicas en éste sentido, cuestionando los viejos formatos de crianza y apostando por un acompañamiento respetuoso de las necesidades y de los ritmos propios de cada niño a lo largo de su desarrollo como factores esenciales para un despliegue pleno de sus capacidades y potencialidades.
Por eso en “ecohum” acompañamos y favorecemos el proceso natural de desarrollo, salvaguardando la luz propia, que para nosotros, es la capacidad de “autorregulación”, para que no se apague, ni deje de brillar, ni de guiar el desarrollo de la vida viva en todo su esplendor.
Por eso nosotros entendemos el acompañamiento y la educación en un sentido “extenso”, desde la gestación hasta la adolescencia. Teniendo en cuenta que todo lo que pasa en su entorno, en sus primeros ecosistemas (útero, madre, familia) y sus primeras experiencias y relaciones, nacimiento, lactancia, vinculación afectiva y emocional con la madre y el padre, luego con sus pares , escuela, etc, van a determinar patrones de conducta y formas asertivas de relacionarse y de integrarse a lo social o por el contrario, de características más rígidas que le generen dificultades e interrupciones en el curso de un proceso saludable (ecológico) del desarrollo.
La visión preventiva…
Por eso consideramos que nuestro enfoque es preventivo, en primera instancia, lo que implica que el acompañamiento profesional es oportuno y necesario para potenciar y maximizar el desarrollo madurativo saludable. Amortiguando y desarticulando los obstáculos y las dificultades que puedan surgir, fundamentalmente desde parámetros socioculturales, representados en el sentir y en el actuar de los cuidadores , que pueden no conocer ,ni reconocer (sentir empáticamente) las necesidades esenciales en cada fase del desarrollo madurativo.
Lo preventivo, entonces, no es sinónimo de enfermedad, sino de cuidado y promoción de salud. Culturalmente asociamos psicólog@ infantil a trastornos del desarrollo, problemas de conducta, dificultades de aprendizaje y sólo acudimos cuando los síntomas ya aparecen estructurados, debemos pensar que los mismos no surgen de golpe, sino que necesitan muchos años para configurarse. Tomemos consciencia en todo lo que podríamos evitar, si tuviéramos incorporada la visión preventiva en la primera infancia.
También actuamos e intervenimos terapéuticamente cuando se lo requiere, pero también desde una mirada preventiva, porque la infancia es un período muy plástico, abierto y en pleno proceso de desarrollo. Es tanto el potencial, para compensar, reparar, reorientar y transformar, que no hablamos en la infancia, según nuestra mirada, de diagnósticos cerrados, sino que nos centramos en el inmenso potencial de lo vivo, en esta etapa, de transformación, crecimiento y desarrollo de lo vivo.
Nuestro objetivo
En definitiva trabajamos por la felicidad, comenzando en el inicio de la vida, porque es donde se producen los cimientos esenciales para un buen desarrollo psicológico, intelectual y social. Sabemos que un niño feliz, será un niño feliz y un adulto que será capaz de hacer felices a quienes le rodean.
Frase de Reich de los niños del futuro
La posibilidad de generar un sistema de vida, que realmente cubra las necesidades que los seres humanos requerimos para ser felices, generar un proyecto social profundo y transformador, desde el cual podamos revisar y cocrear nuevas estrategias y formas, que nos permitan avanzar como sociedad y brindar a las nuevas generaciones un mundo más agradable y capaz de sustentar y promover la salud y la felicidad de toda su comunidad